Esta semana es un tanto atípica, porque con eso del puente de los Santos estoy en el campo, y me doy cuenta de lo diferente que es la vida aquí, ¡¡¡esto sí que es calidad de vida!!! Aunque no tengamos ni tiendas ni restaurantes ni nada que nos incite al consumo en el que estamos metidos. Aquí no hay horas puntas, ni atascos, ni prisas, ni vecinos que se cruzan contigo al ir a trabajar y ni te saluda, porque parece que tú tienes la culpa de su mal humor. Aquí me despierto con el canto del gallo ¡¡¡y de buena gana me acostaría a la hora de las gallinas!!!
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